Seré tu esclavo a media noche, nos esconderemos entre las sábanas y haremos con el cuerpo lo que a gritos se ha pedido.
Libera lo que tienes escondido, hazme saber de qué forma te gusta sentirlo y si te encanta sin decirlo.
Seré tu caballo si así lo quieres, serás mi puente si lo deseas, pero no te quedes muy somnolienta que hay que bailar la última pieza.
Disfruta del pecado cometido, de las gotas sobre tu vientre y los dedos entumecidos que este gozo te ha adquirido.